documentos de pensamiento radical

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sábado, 31 de mayo de 2014

NOCHE SIN DUEÑO, MAÑANA SIN AMO





para Manuel Vilas, Lucas “El koalapuesto”, Indio Zammit,
Martín Rodríguez-Gaona, Jorge Riechmann,  Juako Escaso,
Javier GM, Michael Collins y toda la gente que hace Buah!


Aparco el Méhari bajo los pinos
siguiendo las instrucciones de los Apeiron:

Despacio, más despacio,
quiero aterrizar sin hacerme daño,
está muy lejos tu corazón
y muy cerca el espacio.

Me asomo a la noche
buscando en el cielo
a HD-209.458-b,
un planeta con oxígeno
y carbono en superficie
a 150 años luz.

Demasiado lejos para poder mudarnos
cuando arrasemos éste.

Pero, quién sabe,
tal vez alguien encuentre la manera de dar el salto,
aunque hasta que no necesiten mano de obra abundante y barata,
para qué se iban a molestar en llevarnos.

Tendremos que conformarnos
con tratar de seguir mejorando nuestros hábitos politóxicos
para resistir aquí, perfeccionar nuestra capacidad para comer mierda,
aunque en esto los de Huelva ya somos unos fenómenos,
homínidos desgajados de los sapiens, fijo.

En cada inhalación un onubense
puede llegar a meterse por el buche 250 sustancias tóxicas diferentes
y tan fresco,
así que por qué no ayudarnos con otras cuatro o cinco más
aunque no estén fabricadas por las empresas del polo químico,
no creo que sea muy dañino, al menos
ninguna cajetilla de tabaco del Ministerio de Sanidad
comenta que vivir en Huelva sea muy perjudicial para la salud,
así que sigamos entrenando porque me espera un verano salvaje,
no dejemos que el desencanto salga a nuestro encuentro.

Me asomo a la noche, veo a los míos,
todo lo que tenemos cabe en una bolsa de basura,
pero estamos juntos en nuestros sueños eléctricos,
en medio de estas dunas
que tampoco escaparán al capitalismo.

Suenan Vivian Girls, Dum Dum Girls, Oneida, Punsetes,
parecen que todos tocan para cada uno de nosotros. 

No quiero trabajar,
traedme dinero,
billetes mejor;
si no me vale suelto…

¿Dónde están aquí Deleuze, Hakin Bey, Toni Negri y López Petit?
¿Esto qué es? ¿Una zona autónoma, una multitud,
un éxodo, un rizoma, una política nocturna
o una rave sin pulsera ni pegatina
que nadie sabe quién convocó
dispuesta a reventar la noche de deseos?

¿Por qué cuando late la vida
nosotros la confundimos con palabras
o con Amador Fdez. Savater?

Pibas, birras, pelas.
Epanadiplosis, quiasmo, retruécano, polisíndeton.
¿En cuál de los dos versos te vas a quedar para vivir?

Se puede vivir a lo loco, a lo necio, a lo Goldman Sachs,
pero el dinero deja de tener valor
cuando atraviesas la linde del bosque,
cuando dejas atrás la ciudad, la estupidez,
el látigo del consumo, los corazones de veinte duros.

¿Por qué hay montañas?, cantan Cymbals Eat Guitars
en esta playa ligeramente cercada por la bruma.
Pues para que haya gente que pueda escalarlas, me dice Tenzyng Norgay.
Las montañas son las madres de todas las cosas,
me susurra Pasam Lhamu mientras bajamos juntos
por la ladera sur de un grano de arena llamado Sagarmatha.

Me bebo mi cubata de un tirón,
me pongo otro, mitad de ginebra y mitad de hielos con tierra,
entran The Secret Society

…quise creer en todas las señales
pero todas las pistas fueron falsas…

Me concentro en el mar, en la espuma gris que vomita sin parar.
Los chavales de speed se la tragarán dentro de unas horas
como si fuera JB o Malibú con piña, mientras
el aire fresco de la noche
nos trae nuestras buenas dosis de cianuro,
de amoniaco, de benceno que llegan desde la refinería.

Bailemos para que se mezclen bien con los cristales de M.

Las luces blancas de las fábricas son tan bonitas
que casi duelen, parecen una estación espacial,
una luna de cuarzo,
un monumento a la economía.

Dejemos que nuestros pies dibujen en la arena
toda la indomable belleza que aún late y se estremece
en nuestros corazones
y que nunca nos atrevimos a tejer ni imaginar.

Abre otra cerveza, paladea este veneno,
sigue la pista, Dios está en todas partes,
procura llegar con tu lengua a su corazón.

Ascenderé por este cielo recién pintado.

Mi alma corriendo detrás de una promesa,
sin rumbo por el aire, en manos de antiguos vientos,
sobrevolando una extraña cartografía donde resplandece lo secreto,
buscando una enseñanza que no valdrá nada para los demás.

Al alba habrá sonrisas, balbuceos, emoción,
ojos cegados por el sol, cuerpos gastados,
vestigios de algo sin nombre que fue exclusivamente de cada uno,
pero ahora suenan The Pains of Being Pure at Heart, los Kokoshca
y la gente se arremolina a saltar:

Amigos como azucarillos
que endulzan la noche
se disuelven después
no los vuelvo a ver.

Y danzamos como hienas
en busca de eso
que tú llamas amor.

Y morir como borrachos en cualquier lugar
y nadie hablará de nosotros más
y acabar con mis amigos bebiéndome a tragos
toda mi juventud

Es la fuerza
es la fuerza

esa fuerza te lleva.

Todas las vidas son extraordinarias,
pero con este vacilón
yo ya no sé bien cuánto hay de verdad
y cuánto de compartido en medio gramo de éxtasis.

¿Qué piensas hacer?

Cómo podrás diferenciarte de tu sombra.
Cómo sabrás si eres tú el que anda en posición erguida.
Cómo saber si en verdad somos la sombra de un sueño,
la raíz de un engaño.

Tal vez deberíamos quedarnos aquí
y luchar contra todos los simulacros,
todas las servidumbres.

El capitalismo va, pero no sabe a dónde va,
se ha vuelto completamente punk: No future.
Se come en segundos décadas de luchas.

Si luchas puedes perder,
pero si no luchas estás perdido,
a la intemperie del mercado,
donde por la mitad de precio
han conseguido esclavizarnos el doble.

Llámalo crisis, llámalo otros están aún peor,
llámalo arrimar el hombro, llámalo miedo,
pero empuja en silencio hacia adelante,
porque la máquina no puede parar.

Nos van a privatizar hasta el flequillo.

Maquíllalo como quieras.

Pippi Calzaslargas tenía un conjuro para desaparecer,
no recuerdo bien lo que decía, pero cerraba fuerte los ojos
o tal vez saltaba sobre sí
esperando que el planeta Tierra
girara cambiando de posición.

Necesitamos un libro nuevo donde leernos diferentes,
necesitamos un desear no atrapado por la publicidad,
necesitamos no poner el reloj para mañana,
necesitamos retroceder hacia formas de vida no destructivas,
necesitamos dejar de ser nuestro propio enemigo,
pero el capitalismo es un gran maestro de ceremonias,
produce escasez, dietas, supermercados, miseria,
trajes, cosméticos, policías, accidentes laborales,
pantallas, jornadas de 16 horas, muros de carga,
resignación, silencio, cacerías humanas, blindados,
lo único que le podríamos robar legalmente es tiempo,
pero no, mejor horas extras, destajo,
contrato por obras y sevicias, cabecitas agachás.

El caso es que algo impensable se ha roto
y ya todo es posible, aunque nos aferramos
a la posibilidad más remota:
que las cosas vuelvan a la normalidad.

Protestar parece inútil. Los poderes políticos
hace tiempo que desconectaron de la sociedad,
saben que pueden pasar perfectamente sin ella,
y si todo se hunde,
¿por qué no participar activamente en el hundimiento?

Tal vez la forma de combatirlo no sea luchar contra él,
sino ignorarlo, crear una realidad alternativa,
hacer como si fuera posible trabajando por ella.

Nadie debería consolarnos por esta vida que llevamos,
deberían abofetearnos por esta vida que llevamos,
y deberíamos encontrar fuerzas en esas bofetadas
para cambiar de vida.

Yo hablo y yo me respondo. ¡Qué pobreza!
¿Dónde está el espejo que media entre los dos?
¿Cuándo se termina la edad de los errores?

El delirio, el colirio.

La vida se quemó, a pesar de los besos,
de lo enamorados que estuvimos,
de la tormenta constante que fue nuestra juventud.

Si volviese toda esa inocencia,
no sabría qué hacer con ella.

Villa Kunterbunt, ¿dónde estás
con tu árbol del que brotaban botellas de refresco
y barritas de chocolate?

Las arenas de Libia, ¿dónde están?

Pegajoso, transparente y brillante es el amor, me dices
en esta noche cuando declaramos
el estado de felicidad permanente,
la ceremonia de la adoración de la vida,
de la sed, de los cuerpos desnudos que bailan bajo la luna,
de las caricias que mañana no recordaremos.

Por eso están aquí la poesía,
los corazones que palpitan de verdad
y el mundo constantemente falsificado.

La era hippie ha muerto, me dices,
alguien cambió el LSD por el LCD,
el viaje interior por un televisor con muebles del IKEA.

Parece un chiste malo, pero es lo que hay.
Hemos perdido el camino de vuelta a casa,
hemos perdido la estrella dorada.

Seguimos luchando, pero nos equivocamos de lucha,
deberíamos tirar la toalla, la oficina,
el ordenador, la depresión, el televisor,
constatar que la vida pasa demasiado deprisa
para tratar de entender este mundo
donde no hay nada que entender
y mucho de lo que dimitir.

Nunca vamos a ser millonarios,
ni zares del ladrillo, ni héroes deportivos,
ni estrellas de cine o rock and roll,
pero podríamos aspirar
a que nuestras mañanas no tuvieran amo.

No merece la pena seguir alimentando esta ficción,
el ocaso de la clase media, la democracia de mentirijilla,
el espectáculo constante con que falsifican la vida.

Poseer es ser poseído, decía Duchamp, el gran respirador que,
como Juan El Camas, estaba orgulloso
de no haber trabajado nunca,
porque trabajar cansa, es un problema
que hace que el vivir sea un trabajo.

Hay que tomarse en serio el oficio de vivir
y tratar de sortear el problema del trabajo,
del robo que es todo trabajo asalariado,
de la muerte de la vida que esconde esa transacción,
y no deja de ser curioso que esa experiencia,
que es común a casi todos los seres humanos,
apenas haya dejado rastros en la poesía,
que siga siendo un dolor del que nadie habla.

Atrevámonos a vivir.
Atrevámonos a ser felices.

Conspiremos, ocupemos, autogestionemos nuestra vida,
escribamos poesía para ella, no te rindas, canta Kop,
todo está aún por imaginar
y no hay libros de instrucciones para poder imaginarlo,
es el momento de la dimisión,
el anonimato, la dispersión,
la huelga humana.

Busquemos los rastros de carmín,
las miguitas de pan, la isla Tortuga.

Qué hermoso será volver allí a dormir,
sin tormentos, sin preguntas, sin dilemas,
completos en la felicidad del que sabe
que no se ha equivocado.

Desaparezcamos en el desierto de Abisinia,
entre los camellos bactrianos del valle de Nubra
o donde se pierden las vías de un tren
camino de San Miguel de Allende.

Digamos la sagrada sílaba que contiene la vida.
Digamos NO, radical y democráticamente,
empecemos a decir NO al tiempo de la muerte,
pongámonos del lado de la apropiación,
la deriva, la constelación, la inversión,
la desmaterialización, la deflación del yo
en la que tal vez aparezca algo realmente interesante.

Imaginémoslo cuanto antes,
porque pronto tal vez no quede nadie para imaginar,
para entender este dolor.

Amanecer sin amo, quédate en mi corazón.



Antonio Orihuela. Esperar sentado. Ed. La Baragaña, 2014

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