documentos de pensamiento radical

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lunes, 29 de febrero de 2016

EL REINO DEL PRESENTE SIN FIN



Mantener el fuego donde todo se ilumina
a una luz que no se ve,

incendio invisible que alumbra
el lugar donde siempre hemos estado
aunque solo lo descubrirás cuando lo mires
con los ojos que la razón no tiene,

cuando tu ojo y el ojo del protector y el ojo del amigo
y el ojo del bondadoso y el ojo del alegre
y el ojo del ángel y el ojo de la bestia
y el ojo de la luz de la canción total
sean el mismo ojo confundido en la gracia entera de la visión
que igual que se ve se pierde
para que permanezca alegre el corazón,

indescifrable la canción soñada,
insondable la onda del estanque,
uno con el murmullo de las cañas
que jamás nació, que jamás morirá.


Antonio Orihuela. Salirse de la fila. Ed. Amargord, 2015

domingo, 28 de febrero de 2016

ANTES DE QUE SE ACABE EL HILO




Antes de que se acabe el hilo
quiero que sepas
que yo traje la canción a este lugar,
hace mucho,
cuando las cosas eran hermosas y difíciles,

siguiendo una estrella
que aquí se detuvo,

abriendo un ombligo nuevo al mundo
por el que volvieron a brotar los diez mil seres.

He pasado por aquí
tantas veces

siguiendo el sonido de una flauta,
el rastro de un hilo,
piedritas blancas
o migas de pan.

Unas veces las cosas han sido hermosas,
otras fáciles, difíciles o imposibles las más,

por estos caminos he agitado sentidos, pasiones,
ilusiones que se habían desvanecido hace mucho
para los demás,

he vagado, he amado,
he buscado y aún no he hallado,

sin moverme

he llegado tantas veces a este lugar.


Antonio Orihuela. Salirse de la fila. Ed. Amargord, 2015

viernes, 26 de febrero de 2016

LA ESPAÑA DE LA TRANSICIÓN



El rey Juan Carlos I está algo hinchado,
y algo sordo, no oye a los periodistas.
Fue el dueño de un rato largo de la Historia.
Y ahora habla con los muertos mucho rato,
con su padre, a quien ya ha vuelto a ver en sus sueños.

El ex-presidente Adolfo Suárez
se convirtió en el hombre invisible.
Murió su esposa, se entristeció para siempre,
y envejece en un lugar desconocido.
No recuerda nada porque nada hay que recordar.

El escritor Camilo José Cela se murió
como muere la gente corriente.
Parecía inmortal y eterno, pero no lo era.
Su viuda aparece muy de tarde en tarde
en la prensa española, pero ya nadie la recuerda.

El ex-presidente Felipe González
se divorció y se fue con una más joven.
Sale de vez en cuando en las televisiones.
Parece un hombre bueno,
pero solo es un hombre envejeciendo.
Da consejos y opina de economía y de mercados.

La ex-miss del universo Amparo Muñoz
se disolvió tristemente
en un piso de Málaga.
Dijeron que era una drogadicta y que por sus venas
corría la España de los años setenta.

El actor Fernando Fernán Gómez
se murió de la misma forma
que Camilo José Cela.
Cuando murió,
murió una forma de ser español.

El gran Santiago Carrillo, el último comunista,
se morirá un día de estos,
tal vez ya esté muerto ahora mismo.
Resiste, porque el comunismo latió en su corazón
como una santa campana de penicilina.

La gente se muere o está apunto de morirse.
Se murieron poetas a quienes ya nadie lee
como Gerardo Diego y novelistas oscuros
como Torrente Ballester; y Gerardo y Torrente
parecen ahora mismo el mismo muerto,
el mismo fiambre, gemelos españoles.

El juez Baltasar Garzón ha engordado
y está envejeciendo.
Persigue a los fantasmas que no persiguieron
aquellos que ya también se volvieron fantasmas.
Fantasmas que no persiguieron
a otros fantasmas más antiguos,
porque entre los fantasmas la antigüedad
en el cargo se llama Historia de España.

Me dan pena los muertos españoles.
Oh, sí, qué pena dan los muertos españoles.

¿No te parece?, hermano mío, mi compatriota.


Manuel Vilas. Gran Vilas, Visor, 2012.

jueves, 25 de febrero de 2016

TODOS TENEMOS UN INFIERNO





Todos tenemos un infierno
hay que aprender a vivir con él

e intentar que no quepa nadie dentro.


Antonio Orihuela. Salirse de la fila. Ed. Amargord, 2015

miércoles, 24 de febrero de 2016

BUSCAMOS LA INOCENCIA



Buscamos la inocencia
con maneras de criminal,

nuestra casa es el error.

En cambio, el pájaro entra en el viento
buscando ser acogido
y descansa en él
con las alas extendidas.


¡Qué ejemplo!


Antonio Orihuela. Salirse de la fila. Ed. Amargord, 2015

martes, 23 de febrero de 2016

EL CAMINO DEL CORAZÓN



Qué tarde se nos ha hecho, amor,
río torcido de la vida, sed,
borrón de tu cara, flor de olvido,
jazmín de los labios.

Qué tarde se nos ha hecho, amor,
hilo de tu voz, lluvia enhebrada,
ojos de ayer, pájaro ciego,
cenizas de la arboleda.

Qué tarde se nos ha hecho, amor,
tormenta de lo azul, seda de los días,
rosa del adiós, piedra de la muerte.

Qué tarde se nos ha hecho, amor,
y qué poca prisa

en que esto


acabe.


Antonio Orihuela. Salirse de la fila. Ed. Amargord, 2015

UN POEMA DE RAFAEL DELGADO (HUELVA, 1949)

Escribo frente a un púlpito
Donde la palabra
Representa la voz
De un tiempo sin libertad.
Torquemada
De un lento quinario:
La novena, la penumbra,
Los rosarios de lentejas
Pétalos de rosas muertas;
Las beatas en el reclinatorio
Al compás de los golpecillos
En el pecho
                        Toscadas con el velo
Rezando por los parias
De la tierra.
                        Cuando
Las campanas y las velas
Ahuyentaban los malos espíritus.
Cuando no era soportable
La halitosis del cura
En el confesionario.
La pila de agua
Infestada de mentiras.
La compra de la gula
Y de la indulgencia plenaria.

Rafael Delgado (Huelva, 1949)
De "Escrito en verde". Huelva: Consulcom, 2014).




EL VIENTO BORRARÁ




El viento borrará atajos y paradas,
el viento borrará estaciones pasadas,
el más largo viaje,
la luna brillando en tu cara.

El viento borrará tus huellas en la playa,
el tiempo te dirá que ya no queda nada.

El viento soplará tristezas y alegrías,
el tiempo curará viejas heridas.

El viento borrará tus afanes por el mundo,
el tiempo te hablará de que todo fue un absurdo.

El viento borrará el temblor de tu mirada,
el tiempo te dirá ya no queda nada.

El viento soplará la espuma, la mañana,
el tiempo borrará la voz que hoy te llama.

El viento borrará la magia de los días,
el tiempo borrará lo que entonces me decías.

El viento borrará,
el viento soplará,
el viento deshará,

y nada quedará,


y nada será nada. 



Antonio Orihuela. Salirse de la fila. Ed. Amargord, 2015

lunes, 22 de febrero de 2016

LA ENFERMEDAD DE PONTE VECCHIO




Pongamos, también nosotros, un candado
con nuestros nombres en este puente, me dices,
como si el amor fuera una propiedad
a la que se le puede echar la llave

y no esta casa roja
sin puertas ni ventanas

que somos.



Antonio Orihuela. Salirse de la fila. Ed. Amargord, 2015
Fotografía de Francisco Naranjo

domingo, 21 de febrero de 2016

8 poemas de REDENCIÓN de DAVID CASTELO HORRACH




1.

Padre
tu generación
escribía libertad
con las manos
en los muros.

Padre
mi generación
escribe esclavitud
con las manos
en los iPhone.





2.

Sed y ausencia
la lentitud de la orilla:
calima, arena y umbral
lentamente
la nada.





3.

Jueves 21 de febrero, de 2014.

Son las 21.27 minutos.
Voy a comprar una barra de pan,
en los vertederos del supermercado
un colectivo de personas espera ansiosa:

en tres minutos
arrojarán alimentos
en perfecto estado,

y nadie
en la cola
de la caja
se inmuta.






4.

¿Y el
Estado
del Bienestar?




5.

Nieva
en mi cuerpo
cada vez que tus
dedos recorren mi espalda.





6.



Entre
el cielo y el
infierno: escojo
la belleza, entre lo
infinito y lo efímero:
escojo
tus besos.





7.

¿Qué es la Patria?

Oquedad.





8.

Sin papeles:

Mohammed
se levanta cada día
a las 5 y media

Mohammed
riega su fe con
escarcha de luz

Mohammed
trabaja en la obra
14 horas diarias

Mohammed
tiene dos licenciaturas
y habla 5 idiomas

Mohammed
soporta los insultos
de su patrón

Mohammed
perdió a su mujer
y sus hijos en la guerra
del Congo.


Mohamed
jamás recibe saludos
de sus vecinos.

Mohammed
se ha ahorcado
hoy a las 7 y 36

Mohammed
no sale en los
periódicos ni en
la televisión.




David Castelo Horrach. Redención. Ed. Ruleta rusa. 2015


sábado, 20 de febrero de 2016

4 poemas de LA ISLA DE CAMARÓN de DAVID PIELFORT





LA MÚSICA ES SIEMPRE SEXO

El músico actual ya no quiere acompañar
a nadie, ni yendo a un bar.
Hace una ejecución continuada,
no puede detenerse
porque en esa pausa aprovecha alguien y canta,
tirando una música.

Variará el ritmo deliberadamente
para entorpecer a los polizones de su arte,
porque el cante rebelde ya no es deseado,
ni en la tienda, ni en la venta,
ni en el tabanco, ni en el teatro, ni en la calle.

Resulta que el gachó de la guitarra actual
no deja meter baza, nunca. Y todavía menos 
cuando hay presencia de mujeres en la fiesta.


ANOCHECE EN LOS CÁRPATOS

El fandango tan castigado
es la música que otorga la palabra
a los animales, a las plantas,
a los cajeros automáticos, y a los objetos
antes de que Félix Grande se asomara
a la ventana de su piso,
una noche que llovía en la barriada
y en los Cárpatos, y él solo,
bebiéndose un vasito de vino,
viera venir en fila a todos los gitanos
huyendo del Tamerlán y el Egipto,
buscando el barco ferri de Ceuta.

–¡Es una caravana estereofónica!
–exclamó el poeta – ¡Aquí lo pone...
en los papeles... y que son míos!




CALLE SAN COSME Y SAN DAMIÁN

El Gustavo salió rodando de Sacromonte.
Un crítico me dijo que su padre no triunfó
porque era blanco y tenía gafas.

Vivían al lado de unas pirámides de sal
a escala real de las de el Egipto,
rodeados de holandeses haciendo experimentos
transgénicos con los alimentos, 
y que llevaban años mareados,
estudiando una sierpe de papa salvaje,
que vivía sin recursos entre las dunas móviles
y la desembocadura del río Guadalquivir.

Los biólogos pusieron un collar localizador
al lince ibérico, pero la papa era indomable.
Es normal que Gustavo bajara rodando Sacromonte,
él no es transgénico, por eso es blanco y lleva gafas.

Bajo la marquesina rodeado de avispas, 
comiendo dentro del disco de Syd Barrett,
el padre del Gustavo decía que en el cante
había habitas contadas.

Y la flor del haba es considerada
una de las más bellas,
en los tratados árabes de botánica.



                                                          ESTACIÓN DEL SUR

El Bo se fuma un disco compacto
y una mano de mujer le ofreció un Craven.
Era la misma mujer:
la que seguía siempre a la Paquera,
allí donde ésta cantara,
era la misma mujer que le gritó a Menese
en el Olympia de París,
indicándole con razón que la guitarra
estaba excesivamente amplificada.

–Es que Nueva York es un pañuelo,
la Puerta del Sol son muchas más cosas,
y el flamenco es sólo un paquete de tabaco–
le decía ella al Bo muy contenta.

Las viudas sí que saben disfrutar,
cogía el ave, el avión, el taxi
y se encajaba en Tokyo
para ver a la Paquera.

La mujer pensando, caía en la cuenta
del por qué todas las geishas del hotel,
paraban el ascensor en la misma planta
de la habitación  de la Paquera.

–Coleccionaría quimonos... seguro–
afirmaba ella dando una calada, y esperando
que le sirvieran otro vaso de vino misterioso.





David Pielfort. La isla de Camarón. Ed. Germanía. 2013

viernes, 19 de febrero de 2016

TEORÍA DEL ADOBO




                                             




TEORÍA DEL ADOBO

El ruido
entraba justo por martinete infinito…


Cocteau decía que el flamenco no había ni que tocarlo,
que no le hacía falta ningún adobo.
Pues es seguro que ahora mismo, cualquiera,
está tratando de registrar la patente del adobo.
¡Qué industrias!




David Pielfort. La isla de Camarón. Ed. Germanía. 2013

jueves, 18 de febrero de 2016

3 poemas de LA ISLA DE CAMARÓN de DAVID PIELFORT



ORO CHAMPÁN

Las palabras se venden juntas
alguien ha visto a un negro y un gitano
dándose tabaco
y habla de igualdad entre flamenco y jazz.

–¡Es que la marginalidad es tan exótica
como el capitalismo!– dijo el Orihuela espantado,
oyendo cómo un cante fragüero 
rebotaba dentro del gin-tonic.

–¡El jazz siempre fue libre... y lo inventé yo! –
dijo Juan Sebastián Bach.

A partir de este pontogromo,
mirando las armonías y ritmos perpétuos
cualquier lector puede pulsar el efegüegüedé
de la cadena musical de oro champán, 
y  esta misma página.



 METAGRANAÍNA ASEGUIRIYADA

Otra vez estalla la guitarra.
Han alicatado el cuarto flamenco de notas
incalculables, hasta el techo,
y nadie puede salir ahora de esa trastienda
convertida en laberinto interesado.

La guitarra ha dado un salto mortal estético,
del prístino acompañamiento
se ha encaramado en Europa,
en orquestaciones de silencios
¿tenemos que creernos que alguien disfruta
de las ediciones de flamenco instrumental
(sin la voz humana) cuando hoy
no se tienen ganas de contemplar pinturas
porque los cuadros ya no se mueven
como los videojuegos? 

Comerse  hipertélicamente
una metagranaína-aseguiriyada
rematada con la coda del derrote sonoro 
y que dura veinticuatro minutos 
es como tragarse todos los discos de Raví
Shankar y Pink Floyd simultáneamente.

El Negro de París me dijo
que el cascabel al flamenco,
se lo había puesto el gitano.

Pero ahora mandan los guitarristas,
de ellos son los cascabeles,
como los que portan los hurones.

–¡Por lo menos se ve un piano!–
gritaba el Chocolate a un cuadro
de Nicolas de Staël.


                                     LA MÚSICA DA MIEDO


El mono toca de memoria.
Sin embargo, la voz
casi siempre ha sido libre
y el flamenco inteligente
siempre ha dado miedo,
a los ricos vivientes
al bodeguero, al embajador,
y ahora a la casta política.

Hasta a la torre Eiffel
se le pone la cara a cuadros
cuando ve venir al Duquende
en la portada del disco.

Recuerden el apuro de Rancapino
explicándole a un alcalde
que él tenía la voz así,
que no andaba con la voz rozada,
que Rancapino no estaba ronco,
ni discapacitado para cantar,
por la noche, en la velada.

–Vomitaduras… –sentenció una soprano.




David Pielfort. La isla de Camarón. Ed. Germanía.