documentos de pensamiento radical

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sábado, 31 de marzo de 2018

SI ESA COLA DE LA LOTERÍA





Si esa cola de la lotería
un día estuviera en la librería...

Cuando se enterará la gente
de que allí hay premios para todos.



Antonio Orihuela. Disolución. El Desvelo Ed. 2018

viernes, 30 de marzo de 2018

VIDA DE OTROS





Ahora que su amor se ha vuelto transparente,
les ofrezco este recuerdo inseguro,
abrazados a los dos, porque así duele más
y porque ya es hora de que mi corazón
los deje marchar.

Se amaron siempre con nombres falsos
y por eso nunca se encontraron.

Varias veces él no se atrevió a seguirla
y prefirió sumarla a sus pérdidas,
al fondo del baúl, al álbum de fotos,
al hueco en la pared que nadie más conoce,
al pellizco en su corazón cada cinco mil años.

Varias veces lanzó botellas con mensajes
y cartas de enamorado, porque él era del tiempo
en que los amantes aún se escribían
pero las cartas eran devueltas
como si hubieran sido enviadas a otra ciudad.

Varias veces su voz en otras voces
o tal vez su voz en aquella voz,
la extrañeza de ser dos, de amar sus cosas,
de que enero contara sus años
extendiendo sobre ellos un silencio,
una neblina, un nido donde se amaban
con ternura de equilibristas
a treinta metros del suelo, sin desmayo,
como dos desesperados un mes de julio,
un noviembre lleno de difuntos
por donde se fue todo, perdido
entre las diversas formas del murmullo,
de la belleza envuelta en una telaraña
que trepa por los errores sin respuesta.

Varias veces la primera vez, la vida
en vestigios célebres, promesas de año nuevo,
la vasta intención de limpieza que busca la perfección.

Varias veces en lo hondo de su alma
revolucionarse a sí mismo en el amor
para ser un buen revolucionario,
flor obsesiva de lo perfecto que pasó por sus ojos silenciosamente,
pegada a él en la secreta manera de enredarse en las cosas
frente a un mundo sembrado de piedras donde sigue
sin haber más belleza que llevar la belleza dentro.

Varias veces en los días oscuros
ella se quejó de que jamás le había escrito un poema
a su pelo rubio, sus margaritas rosadas,
 su blanca piel traída de Ucrania,

y el reproche regresa
soplándole esos años como humo de tabaco en los ojos.

La vida entonces les sobraba
y la dejaban pasar en los bancos de los parques,

su cabeza en su falda,
sus manos en su cintura,
su mirada en su mirada
con el dolor íntimo del primer encantamiento,

porque ella era el mismísimo amor
escapado del laberinto de los veinte años
y caminará eternamente
por una avenida de palmeras
mientras él la dibuje como una sombra detrás de casi todo.


Antonio Orihuela. Disolución. El Desvelo Ed. 2018

jueves, 29 de marzo de 2018

2 poemas de MANUEL MARTÍNEZ MORALES



Algo de poesía tibia
algo de palabras
al menos
para calmar la sed y el miedo
para calmar la rabia
porque esto aún no revienta.
Algo de recorrer prados inocentes
de juegos vespertinos
Algo, en fin, de mi infancia
para calmar mi sangre
para mis pasos cansados
de andar por estos tristes lugares.
Un poco de sonrisas
de frescas mañanas
de ir y venir por el campo.
Un poco, amigos,
de solitaria paz
para mis ojos
hinchados de llorar.
Viento, huracanes
y palabras duras, 
gritos mas bien
para que esto comience de una vez
para que retumbe la tierra...
Un fusil para todos
para que esto acabe ya
para que mi hijo
duerma tranquilo
y para que las mujeres
vuelvan a echar raíces en la tierra.
Quisiera también
una camisa limpia de coraje
y calles amplias
para todos nosotros
Y, sobre todo, 
mucha fruta para los niños.

***


Plegaria de nadie 2

Los sefarditas lúdicos
preparan su examen de conciencia,
en tanto en otro lugar
distante años luz
muere el último
rinoceronte blanco
sobre el planeta.
Padre nuestro
que no estás en los cielos
ni se hace tu voluntad
pues en tu grandeza
no permitirías
que aquí en la tierra
tales vilezas se cometieran,
que desde la cúpula imperial
adoratorio del becerro de oro
se patrocine la destrucción de
la vida
en esta Tierra que nos alberga.
Ni permitirías
que tus muchos hijos
los más humildes
fabriquen el pan de cada día
para que unos pocos
se lo traguen
o lo negocien.
Déjanos caer en la tentación
de arrastrar al dictador
al sátrapa ladrón
al tirano asesino
hasta el basurero de la historia.
Y líbranos de este mal
del que, a la vez,
somos hacedores y víctimas.
Ilumínanos
con amor y conocimiento
para librarnos del rencor
y el deseo de venganza.
No permitas
que nuestro corazón enmohezca
ni que nuestras indignadas voces
enmudezcan.
Permítenos
no perder la esperanza
de juntar manos y corazones
pensamiento y voluntad
para entre todos
detener el cataclismo
que se avizora.
Sólo danos, a los más pequeños,
a los nadie
la espada de la justicia
y la antorcha de la libertad
para con nuestros cansados pies
seguidos de nuestros hijos
caminemos más allá
del arco iris
a la tierra soñada
más nunca prometida.
Amén.


Manuel Martínez Morales

miércoles, 28 de marzo de 2018

METÍ EL PIE EN UN CHARCO





Metí el pie en un charco
y se borró el mundo
mejor no buscar responsables




Antonio Orihuela. Disolución. El Desvelo Ed. 2018
Fotografía de Juan Sánchez Amorós

martes, 27 de marzo de 2018

EN LO QUE ESTUVO HUECO





En lo que estuvo hueco,
oscuro, ciego,

hay tanta llama viva,
herida, sin cuidado,

completa luz
que más allá de ti extiendes.

Duele de dulzura.



Antonio Orihuela. Disolución. El Desvelo Ed. 2018
Ilustración de Matilde Granado Belvis

lunes, 26 de marzo de 2018

TEORÍA DEL CAMPO UNIFICADO




La aspiradora se aspiró a sí misma
y ahora no se donde está,

tal vez en un universo paralelo
donde las curvas se toman en línea recta,
lo lleno se vacía,
arriba y abajo se confunden,
lo concreto se disuelve,
lo separado se junta

y lo inexistente comienza a existir
como si existiera.



Antonio Orihuela. Disolución. El Desvelo Ed. 2018

domingo, 25 de marzo de 2018

MULTIVERSOS




El universo en el que Dios mete su dedo en el espacio
y hace girar las galaxias lentamente,
el universo donde todas las galaxias
se reflejan en un charco de agua,
el universo donde una gota de agua lleva inscrita
toda la historia del diluvio universal,
el universo donde los átomos tienen la forma del Chomolangma,
el universo donde la espuma que rompe en la playa de Mazagón
tiene siempre la misma edad,
el universo en el que cuando hacemos el amor
brotan diamantes por los humedales de la casa de los Escribanos,
el universo en el que Juan Carlos Usó
le pasa un pitillo a David Castillo
mientras Daniel Macías le explica su proyecto
de iluminación para torpes al Niño de Elche,
el universo en el que viajo en moto por Zanskar,
el universo de las playas fósiles doradas por el sol
en el gompa de Lamayuru,
el universo en el que veo pasar a Marco Polo
desde una duna del desierto de Nubra,
el universo de un cuadro de Willen de Kooning,
el universo donde Carles Santos toca Bujaraloz by night
en un bucle sin fin,
el universo de la sala de los delfines en Knossos,
el universo de dos que se dan la mano en el camino de Montemayor,
el universo de las gotas de lluvia en la ventana
de mi dormitorio en la casa del lago de Proserpina,
el universo del ciclamor en flor,
el universo de unos niños que juegan a saltar a piola
en la calle azul y blanca de la Fuente de Moguer,
el universo de las pisadas un atardecer frente a las islas Marietas,
el universo del que te mira por primera vez,
el universo de la cama de las pulgas en la casa de Ámbar Past
en San Cristóbal de las Casas,
el universo en el que Duarte con París es una avenida vacía,
el universo en el que Glaem Parls me recita Papi quiero piña
en una voladora atestada camino de Guayacanes,
el universo de las luces plateadas de una carroza de boda
pasando junto al crematorio de Manikarnika en Varanasi,
el universo en el que Kaushiki Chakravarthy canta el Yaad Piya ki Aaye,
el universo de los bebederos de pájaros
en la casa de Juan en Vilanrosa,
el universo de los lavabos del Bombay en el DF,
el universo del que se ahoga en un mar muy azul,
el universo del que ve atardecer en Cais das Colunas,
el universo del que se coloca una chancla en la cabeza,
el universo del que escribe AMOR con un punzón en la pared,
el universo del que se pierde entre el centeno,
el universo del que rememora sus vidas pasadas al contacto con un burrito,
el universo de los amantes que se esconden detrás de una duna
en Praia da Ponta da Areia,
el universo del que recita para nadie en la Pulquería de Insurgentes,
el universo del que come chile enogado en la plaza de la Concordia de Cholula,
el universo del que fuma en la explanada del santuario de la Virgen de los Remedios
con el Popocatepetl nevado al fondo,
el universo del que canta en náhuatl
en el centro cultural Tierra y Libertad de Lerma,
el universo del que vuelve a la pirámide de la Luna en Teotihuacán,
el universo del que busca refugio en un pozole
un día lluvioso de muertos en San Juan Chamula,
el universo que recoge todos los lugares
que no tenían a dónde ir,
el universo en el que nada importa lo que importaba,
el universo en el que no existe el dolor, las heridas, la memoria,
el universo del que despertó su kundalini,
el universo en el que se refleja el universo,
el universo del multiverso
como matrioskas, mamushkas, babushkas
o la suma de todas las acequias, todas las moradas,
todas las puertas camufladas que comunican entre sí
dando forma a los resplandecientes rasgos
del rostro del que formas parte,

universos del multiverso,
no puedes entrar,
nunca saldrás de él.



Antonio Orihuela. Disolución. Ed. El Desvelo. 2018

sábado, 24 de marzo de 2018

PUENTE DE EINSTEIN-ROSEN




Es de noche, y ahora
lo volvemos a cruzar sin turistas.

Tú te curvas sobre mi hombro
y mi brazo se ciñe a tu cintura
conscientes de haber conectado
puntos muy distantes,

de ser dos cuerdas cósmicas,
por fin vibrando juntas, entrelazadas,

porque lo que sabíamos y olvidamos
no se había perdido y vuelve,

porque todo lo que fuimos permanece
aunque sea imposible de recuperar.

No hay 60 segundos en un minuto.
No hay 60 minutos en una hora.
No hay 24 horas en un día,

te estoy mirando por primera vez.



Antonio Orihuela. Disolución. El Desvelo Ed. 2018


viernes, 23 de marzo de 2018

HABIA UN HUECO




había un hueco
llegaste tú
no sabía que había un hueco


 Antonio Orihuela. Disolución. El Desvelo Ed. 2018

jueves, 22 de marzo de 2018

LA GRAN BELLEZA




Ahí están las puertas
para verte desde fuera,

la malla que hay que cortar,
el pájaro que hay que imitar,
el ojo que hay que cerrar
para que la visión se abra.

Ahí están las puertas,

pero miramos sin ver

y como no vemos,
no tenemos respuestas,
porque no tenemos preguntas.

Tenemos muros, recintos,
enfermedades, dolores,

lenguaje,

cercos de realidad
cada vez más circunscritos.

Somos el telar descompuesto
sin memoria de su urdimbre,

furtivos en una provincia de lo infinito
que no quieren dejar de soñar
por temor a despertar en otra parte.

Ahí están las puertas
con su transparencia,
con su más allá
y su más acá

unidas

con sus muchos mundos,
formas, flecos, hilos sueltos,
mensajes sin mensajes
que celebran la vida.

Ahí están las puertas.

Deja
tu máscara
en la puerta.



Antonio Orihuela. Disolución. El Desvelo Ed. 2018

miércoles, 21 de marzo de 2018

LA ESPIRAL





No fumaba, pero tenía el corazón de la familia,
uno de esos corazones que se cansan de andar
y que, poco a poco, fue dejándolo postrado,
confundiendo sus días,
convirtiendo a mi padre en mi hijo,
un niño tranquilo que se pasaba el día
sentadito delante de la televisión,
pelando las hojas de un sueño
en espiral
hasta su vacío centro
y ascendiendo en espiral por ellas
hasta abrir los ojos de nuevo
en mi insistencia
y verme yo, nervioso, azorado,
llamando en su pupila azulísima.

En ese ir y venir
se fue olvidando de sus pájaros,
de los bares a los que iba a tomar café,
del pueblo de donde apenas había salido,
del viaje de novios a Italia que le regalé
cuando sus bodas de plata,

se fue olvidando de su coche, de cenar,
de las plantas, de las cosechas, de sus hijos
y se aferró aún unos años a su infancia de huérfano,
sus travesuras, el infinito amor
que le prodigó la mujer a donde fue a morir
con sus últimas palabras.


Antonio Orihuela. Disolución. El Desvelo Ed. 2018


martes, 20 de marzo de 2018

CENIZAS





Tú tendrías que haber cumplido mi última voluntad,
no yo la tuya.

Decían que fuera a verte,
que te habían vestido con tu traje de novia,
que parecías un angelito,

pero no tuve valor para mirarte,
a pesar de los disfraces, las cremas y los coloretes
los muertos se parecen demasiado a los muertos,
prefiero sentirte como un cascabel que me acompañará a todas partes
y que en las brumas finales me guiará a través de la última de mis batallas.

Cumplimos tu voluntad
en las hermosas dehesas de Doñana,
donde cada primavera podrás ver pasar las carretas
en las que tal vez vuelvas a ir sin saberlo,
te levantes en un baile del polvo a ti misma,
despierta en la nada que es el sueño completo de la vida,
sin recuerdo alguno de los que un día
cumplieron tu última voluntad,

que nada sepas de un día de lluvia
en el que con el corazón helado
te vimos arder, avivando las llamas
con unos zapatos que jamás tocaron el suelo.


Antonio Orihuela. Disolución. El Desvelo Ed. 2018

lunes, 19 de marzo de 2018

3 poemas de 50 POEMAS de JOSÉ LUIS PIQUERO




NOCHES A SOLAS CON LOS AMIGOS DE ANTES

Te juro que de noche vienen a verme todos
aquellos que he engañado a lo largo del tiempo.
Me miran con los ojos terribles de tristeza,
seguro que no saben que me alegro de verles.
Mis amigos y víctimas. No es tan malo en el fondo
estar aquí sentado recibiendo visitas.
Mis víctimas de cuando y por qué. Si pudiera
yo les explicaría que no soy responsable.
Con la noche muy alta oigo lejos los trenes
y a menudo me pierdo en las luces del fondo.
Una ventana sola, con una luz muy triste,
me distrae un momento con preguntas absurdas.

Quién vela en ese cuarto y si vendrán a verle
fantasmas de los vivos que tratamos un día;
también estos -me digo- le recordarán hechos
del pasado, secretos, graves conversaciones
de adolescentes, sombras de una tarde de sol
con adornos de fiesta y una banda tocando,
o un café en una vieja cafetería del centro,
copas a medianoche, gente que dice cosas...
Darán otras versiones, cambiarán un detalle.

Él se esfuerza en hacerles comprender que no siempre
varios puntos de vista vienen a coincidir,
pero con un esfuerzo, de buena fe podríamos
situar el contexto y ponernos de acuerdo
en lo más esencial.

Pero ellos me responden
que es demasiado tarde para pasar por alto
tantas malas jugadas como he hecho en mi vida,
las pequeñas traiciones, las infidelidades,
y con razón me dicen que, si soy inocente,
por qué les dejo franco el paso de mi cuarto,
y preguntan si tengo la conciencia tranquila.
Y te juro que entonces ya no sé contestar
y aventuro tardías disculpas que no escuchan.

Empiezan a dar mueras para matarme poco
de esas muertes pequeñas que causan tanto daño,
y me quedo pequeño yo también y desnudo
y en mi rincón de siempre me abrazo a mis rodillas
sin encontrar tu mano para apretarla fuerte
mientras llueven los golpes, y te llamo, te llamo,
dónde estarás tú sola con tus propios fantasmas.

Algunas noches vienen a visitarme todas
las personas que he amado a lo largo del tiempo.

Ojalá que una noche me encontrasen dormido.
No querrían entonces que yo les visitase.



RIMBAUD


Yo no quiero ser yo. La vida entera
la gasté en reinventarme, como un fénix doméstico.
Me fui sobreviviendo como pude.

Yo no sé quién soy yo. Tal vez la máscara
debajo de la cara. La pregunta.

Yo no pude ser yo. Y el minucioso
trabajo de vivir sin heroismo se quedó para otros.
La verdad es la triste descripción del secreto.
No quise ser verdad. Quiero ser Nadie.



EXTRAVIADOS


Hemos estado siempre aquí.
Nunca ha habido otro tiempo ni otro espacio.
Una mañana el aire
estaba como virgen, intocado
por la mano del dios, y comprendimos:
nunca llegamos, nunca nos iremos.

Una rueda perfecta, si esto fuera una rueda.
Una prisión perfecta, si fuera una prisión.

¿Y por qué iban a ser las cosas de otro modo?
Ellos nos miran pero no nos ven.
Se diría que esperan algo que va a ocurrir.
Nunca ha ocurrido nada
y nada va a ocurrir. Permanecemos.

Ha de haber un milagro en todo esto.
O mejor nos dejamos de milagros.

Aflicción, no nos dejes
ahora que sabemos lo que somos.
Aflicción: nuestra última certeza
cuando ya no nos quedan más certezas.


José Luis Piquero. 50 poemas. Antología personal (1984-2014). Ed. La isla de Siltolá. 2014 


domingo, 18 de marzo de 2018

DE CREENCIAS Y ESCLAVOS VAROUFAKIS/COQUELIN/SLOTERDIJK/MANUEL




MUCHOS CREEN que las monedas metálicas se idearon para ser utilizadas en las transacciones, pasando de mano en mano. Pues bien, no fue así. Por lo menos en Mesopotamia, ¡las monedas metálicas se utilizaban para registrar la distribución del superávit agrícola mucho antes de que se les diera el uso actual! Tenemos pruebas de que, en algún momento, el registro de derechos de propiedad sobre los cereales que se guardaban en los almacenes comunes se hacía en función de monedas metálicas virtuales. ¿Virtuales? Sí, virtuales. Por ejemplo, en el registro contable se escribía: «El señor Nabuj recibirá cereales por valor de tres monedas metálicas».
Lo divertido es que estas monedas, o bien ni siquiera existían —es decir, no se acuñaron hasta centenares de años después—, o bien existían pero pesaban demasiado como para que circularan. De este modo, las transacciones sobre la parte del superávit se realizaban en función de unidades monetarias virtuales. Pero algo así requería lo que llamamos creer —en latín, credere, y en inglés, credit—: la creencia o confianza de que estas unidades virtuales tenían valor de cambio y por eso merecía la pena que alguien trabajara para recibirlas.
Sin embargo, para que existiera esa confianza, era necesario que hubiera algo parecido a lo que nosotros llamamos Estado: una institución colectiva que sobreviviera a la muerte del señor y en la que alguien pudiera confiar que le daría, a su tiempo, la parte del superávit que le pertenecía.


Yanis Varoufakis. Economía sin corbata. Destino, 2015.




LA MAYORÍA de las operaciones de crédito se efectúa, en todos los países, dentro del círculo de las mismas relaciones industriales. El productor de materias primas se las adelanta al fabricante que ha de transformarlas, obteniendo de éste una promesa de pago con vencimiento fijo. El fabricante, después de realizar la parte del trabajo que le corresponde, adelanta a su vez en condiciones análogas su producto a otro fabricante encargado de seguirlo transformando, con lo cual el crédito va extendiéndose de uno en otro hasta llegar al consumidor. El comerciante al por mayor adelanta sus mercancías al comerciante al por menor, después de haberlas obtenido en las mismas condiciones del fabricante o del comisionista. Todos toman a préstamo con una mano y prestan con la otra, a veces dinero, pero con mayor frecuencia productos. Se realiza así, en las operaciones industriales, un intercambio incesante de anticipos, que se combinan y entrecruzan en todas direcciones. En la multiplicación y en el crecimiento de estos anticipos mutuos consiste precisamente el desarrollo del crédito, y aquí es donde se halla la verdadera sede de su poder.

Charles Coquelin. Le crédit et les banques. Guillaumin, 1848.




CUANDO LOS ESQUEMAS del negociar con riesgo se extienden de modo general —tomar crédito, invertir, planificar, inventar, arriesgar, reasegurarse, repartir riesgos, crear reservas—, entra en liza una casta de seres humanos que quiere procurarse por sí misma su felicidad y su futuro jugando con las oportunidades, que ya no desea recibir exclusivamente de la mano de Dios. Se trata de un tipo que en la nueva economía de la propiedad y del dinero se ha dado cuenta de que las pérdidas aguzan el ingenio, pero las deudas lo aguzan aún más. La figura clave de la nueva era es el «productor-deudor» —más conocido por el nombre de empresario—, que flexibiliza permanentemente su modo de hacer negocios, sus opiniones y a sí mismo, para, por todos los medios permitidos y no permitidos, experimentados y no experimentados, conseguir ganancias que le permitan amortizar a tiempo sus créditos contraídos. Estos productores-deudores aportan un significado revolucionario, moderno, a la idea de deuda culpable: una mancha moral se convierte en una situación estimulante, económicamente sensata. Sin la positivización de las deudas no hay capitalismo. Los productores-deudores son quienes comienzan a girar la rueda de la permanente revolución monetaria en la «época de la burguesía».
El hecho primordial de la Edad Moderna no es que la Tierra gire en torno al Sol, sino que el dinero lo haga en torno a la Tierra.

Peter Sloterdijk. En el mundo interior del capital. Siruela, 2007




AL PRINCIPIO todos nos llamábamos Manuel
Vivíamos confiadamente con poco
Y no creíamos que hubiera que poseer nada
Cuando queríamos algo que tenía Manuel
Le dábamos a cambio algo nuestro

Un buen día
Es un decir
Para agilizar o acomodar ese intercambio
Manuel decide dar un valor inventado
Completamente subjetivo a cada cosa
Como antes hizo con sus nombres

Confía ese valor inventado a trozos de metal
O papeles impresos en bonitos colores
Esos metales y esos papeles serán el material
Con el que Manuel construirá sus sueños

Manuel creerá en el valor inventado
De esos metales y esos papeles de bonitos colores
Y estará por siempre en deuda
Con esos metales y esos bonitos papeles
Manuel sobrevivirá a crédito y necesitará
Como norma tradicional vender su alma
Como procedimiento rápido quedar apresado
Como sistema consolidado engrosar sus cadenas
Como costumbre personal dar toda su sangre
Como condición empeñar su cuerpo en prenda
Como método hipotecar al menos una vida

Hay quien dice que lo que da crédito
Al mundo de Manuel
Es tener a Manuel siempre en deuda

 

 
Imágenes: Ángel Pasos. Street Photography